había mucha gente sobre una colina, era la inauguración del templo de chile. habían muchas personas de diferentes países con sus trajes típicos y todos estaban felices. en un momento me emocioné y me puse a llorar, pero no un llanto que pase desapercibido, uno bastante ruidoso. en especial cuando alguien quería que posemos para una foto, yo sentí que estaban arruinando el espiritu del evento y me dieron más ganas de llorar. de repente una de las personas que estaba en la organización me dice que Shoghi Effendi ya había llegado. Me sequé las lágrimas y me fui caminando hacia la sede de la Casa Universal de Justicia. Cuando entré no había nadie, apenas la luz del sol entrando por las ventanas y el aire muy quieto, todo en silencio. Caminé unos pasos más hacia la habitación donde se encontraba el Guardián y espié por la ventana. Solo pude ver una parte del escritorio y su mano moviendose sobre el papel, escribiendo algo. Parecia que tenía puesto una armadura, y cuando me fije en su mano tenia pequeñas heridas. Sin querer hice un ruido y su mano se detuvo. En seguida me fui rápido hacia el fondo de la sala. En ese momento entraron algunas personas para acomodar las sillas y en unos minutos más la sala estaba llena. Yo me senté en la primera fila, esperando ansiosamente la charla del Guardián. Por alguna razón entraron una mujer y un hombre e hicieron un sketch cómico, todos estaban riéndo y disfrutando. a mi me pareció muy largo, quería que empiece la charla. después de que la mujer y el hombre se fueron, entró Shoghi Effendi sonriendo y comenzó su charla. inmediatamente me fijé en sus manos, y vi otra vez sus pequeñas heridas. durante toda la charla estaba concentradisima pensando que quería acordarme de todo lo que el decía, pero ahora no me acuerdo ni una sola palabra.